El tiempo pasa rápido cuando uno se divierte. Todas coincidimos en que este
curso fue como un relámpago: intenso, pero fugaz. Así que, aunque no podamos
creerlo, se acabó el curso, se fueron los niños y ahora estas aulas parecen
inmensas, solitarias y aburridas. ¡Cuánto los vamos a echar de menos!
Eso sí, nos
quedamos con los buenos momentos, como éste, el del último día de clase: